El equipo de doble ele realizó una lectura de los datos de la conversación pública sobre el caso Astesiano y la percepción de la población sobre el vínculo del Presidente.
Los analistas y referentes políticos coinciden en que a Lacalle Pou no le preocupan tanto las elecciones de 2024 cómo las del 2029. En un país sin reelección y en un partido sin un claro recambio parece que la apuesta de un Presidente con un buen saldo de aprobación es la de volver después de un lustro.
Días atrás en “Más que un rumor” un articulo publicado por Andrés Danza en el Semanario Búsqueda se explicita que esto no es solamente una expectativa personal sino que ha sido parte del discurso privado de muchos referentes del actual gobierno, esa voluntad se ha manifestado en la conversación pública por personas de derecha que han apoyado el liderazgo de Lacalle Pou.
En los últimos días en los monitoreos de conversación pública Lacalle se ha acercado al caso Astesiano. Su nombre aparece citado por el ex jefe de seguridad presidencial en varios intercambios y en la conversación pública se manifiesta la percepción que el estaba en conocimiento de las maniobras a las que se alude. Esta percepción aumentó en las ultimas horas tras las notas en medios de prensa donde según cita El Observador la Fiscal a cargo del caso asume que un requisito impuesto por presidencia para el acceso al celular de Astesiano fue el de excluir los intercambios con el Presidente.
En la conversación pública creció rápidamente el clima negativo. El principal impacto generado fue la reacción de los públicos que cuestionan al Presidente que días atrás declaró “hay que ir hasta el hueso”, ¿por qué ahora estamos ante una justicia selectiva?
En el escenario actual la necesidad de blindar a la figura del Presidente se instala como una máxima en las personas más politizadas de derecha y se presenta como el respeto a las instituciones entre las personas de izquierda.
Sin embargo del análisis de los datos recabado surge que este tema se está trasladando a la imagen del Presidente generando un daño reputacional y pérdida de confianza incluso entre sus votantes.
Las últimas apariciones públicas, tanto del Presidente como de otros referentes del gobierno, los muestran a la defensiva. Los términos más usados para responder a las publicaciones en los medios y redes sociales son “agresivos, soberbios y están nerviosos”.
Si bien aún restan dos años de gobierno, los años de la nueva administración y una nueva campaña para intentar volver en 2029, el escenario que se instala no es el mejor para sus intereses.