¿Por qué se habla de lo que se habla y por qué se calla de lo que se calla?
Para responder esas preguntas, el equipo de doble ele analiza datos de la conversación digital en Uruguay y encuentra en la construcción de telarañas las razones, pero veamos ejemplos.
Los datos de conversación pública alertan sobre una relevante caída de la presencia de la reforma de la seguridad social.
– Baja la interacción sobre el tema
– Baja el impacto negativo
– Se asume la reforma como algo que sucederá
– No aparecen contra relatos que confronten al del gobierno
El tema volverá, ahora parece que no será con la respuesta del Frente Amplio sino cuando se presente el proyecto al Parlamento. Ya no se espera respuesta de la oposición. ¿Por qué? Porque ya no es funcional a la estrategia del gobierno.
Desde el Frente Amplio quizá se empiece a percibir que se perdió el tren de la discusión sobre la reforma de la seguridad social, pero no es el único ni último tren que está en juego. En este momento, por ejemplo, se corre el mismo riesgo con el tema de Marset. Mientras desde la oposición se elaboran los argumentos para una interpretación, en el escenario público se construyen los marcos sobre los que se conversará.
Se trata del armado de una especie de telaraña. Unos piensan la jugada, otros están tejiendo y armando el marco de referencia dentro del cual la gente va a procesar los temas, el entorno por el que va a pasar la discusión.
En junio se llevó adelante un proceso de normalización sobre la reforma de la seguridad social, desde el gobierno y los medios se instalaron discursos que abonaron que la misma era inevitable. Eso se dejó asentar y fue sobre esa idea y sin capacidad para reaccionar cuestionando esa inevitabilidad, que se avanzó.
Una vez instalado que era inevitable se avanzó en el tópico “es una cuestión de responsabilidad Estado”, de “compromiso con el país” y sobre esos elementos -que son verosímiles y cercanos para la gente- se construyeron marcos de referencia que obligan a discutir en ese encuadre, porque no se discute sobre las inequidades.
El marco no es que para sanear la seguridad social se deben eliminar los privilegios, es lo “inevitable” y “responsable” que es asumir que aumentará la edad de retiro.
Ahora con Marset el gobierno logra que no se hable de su gestión, transfieren las responsabilidades afuera, ponen el foco en la legalidad, porque a su entender entonces el problema está en las leyes, en la justicia, no está en el gobierno. Y luego que se instala esa idea, todo tiene que ir a contrapelo de ello.
En tanto, la oposición, sin capacidad de ver cómo se van tejiendo las telarañas, termina con sus discursos (no enmarcados) chocando con las consolidadas paredes invisibles.
15 agosto de 2022